“Cuida tus recuerdos. No podrás revivirlos”

Cuánta razón contenida en sólo seis palabras. Hoy hace un año que le concedieron el Nobel de literatura. Es un poeta! Dicen de él que es un gran tímido, un hombre lleno de secretos que, a lo largo de su carrera, se han esforzado en afirmar y desmentir con la misma intensidad. A pesar que siempre ha huído de definiciones y etiquetas, lo han calificado como el mejor poeta del siglo XX. Su último trabajo, 2016, Fallen Angels, es revolucionario. Su primer disco, 1962, Bob Dylan, también. 

Cuando en el 66 le preguntaron cómo escribía sus letras, respondió sencillamente “Están en el aire. Tengo la capacidad de escucharlas”, pero la realidad es que lleva 50 años creando, componiendo… incontables noches de concierto y cientos de miles de discos vendidos. 

Pero sobre todo, lleva todo ese tiempo, sorprendiendo. Sorprendiendo a quien se deja: mentes amables y corazones abiertos. Los que vivimos y trabajamos en ese mundo de la creatividad, sabemos el valor y el esfuerzo que conlleva una carrera tan extensa como la de Dylan, siendo siempre fiel a su estilo personal y sin perder la chispa del wow! Con una media de 100 conciertos anuales, Dylan está de gira hace más de veinte años, aunque detrás de ese hombre, un pacífico transgresor, habita su gran pasión, no tan secreta: la pintura, de ahí que una de sus portadas lleva un óleo pintado por él mismo. Su obra, intensamente urbana, se expone en Londres.

Dylan ha tocado con músicos de los grupos punk The Clash y Sex Pistols. Es amigo de George Harrison y de Roy Orbison. Los tres tocaron juntos por el placer de hacerlo. Grabaron dos discos inolvidables en la cocina de Bob. Jamás dieron conciertos. Yo lo veo así: ésa es la definición de «éxito».
Dylan, una vida intensa, una carrera desbordante, que cuenta ya con un Premio Nobel de Literatura! Curiosamente, me resulta fácil imaginar a Bob en momentos tan diversos, como cenando en mi casa y fumando en el sofa, ensimismado en sus pensamientos…

Por cierto, me declaro #FOB, #FriendsOfBob