19 Jul ¿Dónde están los tímidos?
Curiosa nuestra sociedad, ésa que acusamos de lo peor que nos rodea, ésa que damos forma todos y cada uno de nosotros, de forma vertical y transversal… Valoramos el exhibicionismo, la superficialidad de la capa más externa hasta la caricatura… y se señala con el dedo acusador la discreción, los rasgos de timidez y la decisión o circunstancia de no jugar a este circo de colores perecederos. Restaurantes maravillosos, oficinas que parecen museos, redes sociales para guapos, eventos que se solapan a codazos entre los muros de la vida social… y entrevistas de trabajo sobredimensionadas que descartan a un excelente físico molecular por no tener habilidades sociales y cámaras de fotos por todas partes, dispuestas a inmortalizarlo todo, todo y todo, son los decorados de la vida moderna, difícil escenario para los tímidos, ¿verdad?
Pero… se nos ha olvidado algo: ¿Dónde están los tímidos? Quizá no hemos parado a pensar en ello, pero siempre hemos tenido en consideración esos grandes tímidos… el escritor Jorge Luis Borges, enviaba un colega a leer sus discursos hasta pasados los cuarenta; la «resistencia pasiva» fue la bandera de Tolstoi y también de Gandhi; Bill Gates, ese gran «introvertido no tímido», y es que los tímidos lo son por el miedo al juicio de los demás, mientras que los introvertidos simplemente se saturan con el exceso de relaciones sociales; Einstein, dijo «no es que sea listo, es que dedico mucho tiempo a cada problema”, desde su soledad cultivando mimosamente el decorado idóneo para la auténtica innovación. La madre Teresa de Calcuta, Hillary Clinton y Obama, entran también en la categoría de enormes introvertidos.
Pero eso no está de moda… Incluso algunos profesores de colegio cuestionan un alumno de excelentes, por no tener dotes de relaciones públicas y anotan en su expediente un discriminador «no tiene muchos amigos»; Introvertido, hiper-social o sencillamente del montón, ¿cuántos amigos tienes tú? Yo, pocos o alguno menos…
He leído que, según uno de esos estudios de Harvard, los extrovertidos suelen ser más ambiciosos y menos brillantes; suelen tener más propensión a los accidentes y más probabilidades de ser infieles. Ah! También un estudio de Universidad Northwestern «culpa» a los más sociables y extrovertidos de la crisis financiera de 2008, quizá el dato es que las personas con la variante de un gen que regula la dopamina, asociada con la introversión, asume un 28% menos de riesgos financieros que el resto. Un experto en este asunto de las finanzas, un tal ‘Quiet’ también sugiere que la crisis puede «volver a equilibrar los poderes» a favor de los prudentes y solitarios.
Disposición genética, hábitos, vivencias… ¿qué más da? Ellos, los tímidos, tienen tendencia natural a escuchar con mayor profundidad, a ser más fieles y más prudentes. Cuentan que los niños tímidos forjan adultos de gran nobleza y profundidad de valores. Creativos, íntimos y muy observadores, son medallas que también cuelgan de su pecho.
Y una experiencia: presta atención a tus amigos, cuando los necesites… seguro que acude antes uno de esos tímidos «aburridos»! Y tranquilo, tus miserias están a salvo, no siente la más mínima necesidad de ir a contarlas por ahí… Detrás de ese tímido modesto, puede haber un gran conversador, un fiel amigo y un alegre imaginativo. Solo necesita que alguien extienda su mano y abra la ventana…
Give a chance! El mundo necesita todo eso que llevan dentro algunos tímidos…