10 Ago Estaba pensando en… Dejar de tener razón…
Querer tener razón es una enfermedad crónica de la humanidad, seguramente una de las causas que han enfrentado más a las personas, naciones y otorgado inconmensurable poder a religiones organizadas y poderes patrios de este planeta. Yo no lo entiendo. Ni avanzo, por más que le dedique tiempo. Es más, cuando pregunto o escucho acaloradas conversaciones de adultos -los niños me parecen mucho más inteligentes y no tienen en cuenta esas cosas-, todavía me resulta más ajeno…
En demasiadas ocasiones somos conscientes del elevado precio que pagamos por pretender imponer nuestras razones y opiniones a los demás. Tal vez logremos desautorizar las ideas de alguien, si somos duchos en esto de la oratoria. Yo no lo soy. Pero al final acabamos con una razón más y un amigo menos.
Y luego…. ¿qué? Luego seguramente nada… El resultado es que querer estar siempre en posesión de la verdad consume una gran cantidad de energía y tiempo que nos impide disfrutar de los demás y de la paz espiritual de saber que, en el fondo, todos tenemos nuestra propia lógica.
¿Es mejor tener razón a toda costa antes que tener paz…? ¿Qué pasaría si dejáramos de sentir esa necesidad de tener razón? Invito a cada uno a responder estas preguntas, con honestidad. Gracias por vuestro tiempo.