Muy, muy sexy… tus colores son muy sexy, Yago!

Algunas veces, me paro delante de una obra y me pierdo. O me encuentro. Algunas veces, una obra se me traga. Esto me ha sucedido hoy. Sensación inmensa que brota de algun lugar del cerebro cercano al sexo. Sensación que quizá debería tener un verbo propio. Podría ser algo así como «katapínetechni«, del griego katapínete, engullir y techni, arte. Bueno, suena un poco barroco, pero también suena explosivo, divertido y un poco conjuro mágico ¿verdad?

No me interesa la critica de la obra, no soy experta. Ni analizar la tecnica, ni cuánto hay de consciente y cuánto de random, ni siquiera necesito conocer sus influencias o si la evolución del artista es cómoda o es arriesgada. Me apetece mas el reto de sentir lo que provoca en mí y observar las otras personas, delante de los mismos inputs. Nadie queda indiferente.

Es evidente que la obra de Yago Hortal llena el espacio, cualquier espacio. Cuanto más grande sea el espacio, mas lo llenará. Quiza es como el universo y se expande… Son piezas enormes, incluso las más pequeñas. Son obras con alma, colores regalados de la mas pura infancia. Obras felices que cuentan cosas. Son piezas que superan el lienzo y la tela deja de ser un bastidor con coordenadas en dos dimensiones para convertirse en testigo silencioso de una eclosión de sabores. Pasión por todas partes. Pasión por unos colores que conviven a veces silenciosos y a veces a gritos, con formas sensuales y apetecibles. Quiero ver másss!

No sé si es por el color, por la forma o por el brillo, pero dan ganas de pasar la lengua, cuando nadie está mirando… (no, no lo he hecho, Carlos ?)

. Gracias ❤️ Galería Senda