12 Jun Me sonrío diciéndote «Freud se pondría muy cachondo con tus cuadros».
Esperando que alguien me llene la copa de vino, me sonrío diciéndote «Freud se pondría muy cachondo con tus cuadros».
Hablo de las obras de Gino Rubert. Obras que encuentran la luz y el color emergiendo de las sombras y lo oscuro. Como por casualidad, conviven incontables detalles, micro escenas que suceden como la vida. Captando los puntos incómodos de la existencia y reflejándolos con humor mordaz en cada rincón, esperando que te reconozcas en lo más íntimo… Pintura, fotografía, collage, materiales y texturas forman secuencias hiperrealistas con estilo propio, único, inconfundible. Escenas que invitan, como mínimo, a subirse a la fiesta un rato… Obras con mucha actividad implícita, a la vez llenas de quietud y silencio. Apasionante convivencia ¿no crees? Te voy a decir una cosa: ¡lo he pasado genial en tu fiesta, Gino! Y mira todo lo que he visto:
«Ella la besa mientras intenta no verter su tercer cocktail verde. La del vestido naranja se columplia sola. El gato y el perro no se hablan. Ella toca swing al piano, después de jugar al ping-pong. La chica de verde lleva medias de rejilla. Tres personas miran a cámara. Una sirve el té. La expo está siendo un éxito. Aunque arriba la fiesta se complica. Abajo, ya se ha complicado. Y fuman. El perro se va del cuadro sin pedir permiso. Y beben por todas partes. Por fin, ellas se aman sin miedo, sin rigidez. Cenicienta está harta de limpiar la casa. El cactus no hace falta regarlo cada día. Los sombreros están debajo de la mesa. La chimenea sabe todos los secretos. Pero no tiene a quien contárselos. Se aman, no hay quien los separe. El mayordomo no necesita entender nada. A ella le encantaría saber tocar el piano. Parece que va a disfrutar del baño de ideas… él limpiará después las escaleras. Siempre alguien derrama el vino. La vanidad también está por todas partes. Y nadie lo recoge. Quizá el gato lo lamerá del suelo, después. Nadie recoge las copas. La piscina sonríe pícara mientras espera que la chica se desnude. Las burbujas y los globos son redondos. Las burbujas transparentes. Los globos de colores. El perro es, probablemente, el más listo. Ella lleva los zapatos violetas y el lazo también. La pelota espera junto a las copas de vino, disimulando. Copas vacías. Junto a la pared, las botellas se relajan. La calavera fabrica burbujas todo el rato. Ellas siguen besándose. Nadie las mira y el mar es negro. Y yo, que quiero volver al party… Siempre nos quedará más vino… Jaque mate al rojo!»
Gracias Carlos por aquel primer «wow»