
10 Oct Estar o no estar “mal de la cabeza”
Infarto, embolia, ictus, angina de pecho, hipertensión, obesidad, diabetes, cáncer, asma, caries, EPOC o gripe. Enfermedades comunes. Las más comunes, mejor dicho. Enfermedades que precisan tratamientos médicos concretos, el amor y apoyo de las personas cercanas y la empatía del entorno.
Depresión, trastornos del espectro autista, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno de pánico, ansiedad, fobias, déficit de atención, hiperactividad o trastornos de alimentación. Son las enfermedades mentales más comunes. Trastornos que se gestan en nuestra mente, y afectan a la persona completa, su cuerpo físico, emocional, psíquico, a la persona individual, familiar, relacional y social. Enfermedades que en ocasiones pueden llevar a la persona que las padece a un profundo y largo sufrimiento, dolor, incluso al suicidio. Enfermedades que precisan tratamientos médicos específicos, el amor y apoyo de las personas cercanas y la empatía del entorno.
Hasta aquí estaríamos de acuerdo, ¿verdad?
Pues qué tal si dejamos atrás los tiempos en los que las enfermedades mentales han sido tratadas como estigmas sociales? Son enfermedades, como «las otras», solo que se originan en el maravilloso órgano donde habita nuestra mente. Enfermedades que, en vez de doler la rodilla, la tripa o la espalda, duele el Alma. Y por cierto, nadie está totalmente libre de poder padecer, un día, algún tipo de enfermedad mental… la genética, una vivencia traumática o hábitos determinados, pueden desencadenar una enfermedad mental que nos ha acompañado en silencio.
Porque hablar solo, tener miedos inexplicables o bailar en medio de la calle, es cosa de locos, si no vives dentro de una película de Hollywood, ¿no? Demasiado tiempo se ha señalado a la Persona, etiquetándola por una enfermedad que no ha escogido. Como yo lo veo, es un comportamiento más propio de la edad media, que de la era de la información y el conocimiento, más propias de las cavernas, que de las smart cities.
Y yo me pregunto… ¿Quién enferma, la persona, o la sociedad a la persona?
El día 10 de octubre es el Día de las Enfermedades Mentales, y este año, 2019, se ha centrado en la prevención del suicidio. Los tiempos en los que el suicidio era un tabú y un estigma están llegando a su fin. No obstante, cada año, solo en España, el suicidio se más de 3.600 vidas.
Otras cifras disponibles muestran que, la mayoría de los niños que necesitan atención de salud mental no reciben el tratamiento necesario. El suicidio en los jóvenes es un problema de salud mental generalizado y es la tercera causa de muerte entre los adolescentes en todo el mundo.
Quizá los estigmas se rompen empezando a hablar de ello. Sin miedo, sin pudor. Con datos, para buscar soluciones. Para empatizar y reflexionar desde ese lugar que todos tenemos dentro, ese lugar generoso que es la emoción, que nos permite ofrecernos, escuchar y estar. Para aumentar conciencia en las personas. En todas las personas. Los familiares, los compañeros de trabajo. Las parejas, pares e hijos. Los desconocidos que nos cruzamos una sola vez con esa persona que «parece loca».
Por que cada 40 segundos se suicida 1 persona en este mundo nuestro. Una persona que, probablemente, deje familia, tal vez hijos, padres, hermanos, pareja… personas que, tal vez, vivirán preguntándose, de vez en cuando, si podrían haber hecho algo más.
Quizá es momento de dar la cara a nuestras sombras y decir con voz alta «yo escojo apoyarte, no señalarte»
El Día Mundial de la Salud Mental 2024 se centra en la prevención del suicidio
Cada 40 segundos se suicida una persona. Cada año, cerca de 800 000 personas fallecen por esta causa, y otras muchas intentan suicidarse. Cada suicidio es una tragedia que afecta a una familia, a una comunidad o a todo un país y que tiene consecuencias duraderas en las personas cercanas a la víctima. El suicidio no respeta edades y es la segunda causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 29 años.
Ah! La Imagen es obra de @gedogfx