Esa «no necesidad» de decir…

En esta sociedad ruidosa, los que más gritan tienen más razón. Los que más salen a la calle, son los más escuchados. Aquellos que más aparecen en televisión, se erigen egoicamente portadores de la verdad. La verdad. A gritos por las ciudades, como líderes de sí mismos. No hace falta ir tan lejos, en las reuniones sociales y de familia, aquellos abanderados del yoísmo resultan ser, a ojos de la mayoría, los más interesantes…

Bueno, a mí ya no me lo parece. Claro que sí, menkanta, charlar con amigos, cambiar puntos de vista, bien-discutir, alrededor de una mesa con vinos, unas veces charlas interesantes, entre risas; otras veces son charlas importantes en tono íntimo. Sin embargo, me ha seducido la magia y la paz en las personas silenciosas.

Adictivo. Excitante y sereno. He descubierto el placer que habita detrás de esa «no necesidad de decir».

No recuerdo en qué momento empezó a seducirme el silencio, pero hace ya bastante rato. Como la hipnosis se apodera de la voluntad o la conciencia a un chasquido de dedos, la ausencia de ruido me lleva allí donde habita la paz. Un espacio y lugar interior, donde las cosas sencillamente suceden, las pienses o no, las desees o no, las aceptes o no. Allí las cosas son de verdad. Aunque no suceda nada. Aunque no descubras nada, es de verdad.

Por eso me apetece la letra hache, sin más, silenciosa, muda, pero presente, que sabe cuándo y cuándo no. Por eso acaricio en mi pulso tres puntos suspensivos, calmos, abiertos e invitándote a que tú acabes la frase en tu interior…

«la verdad está en el descubrir, no en lo descubierto» Nisargadatta

Gracias <3