
31 Ene Cada día tomamos 35.000 decisiones, menos del 1% de forma consciente
«Cada día tomamos 35.000 decisiones y de éstas tan solo el 1% o menos, las tomamos de forma consciente»
Todos los días. Todas las personas del planeta. Y no hablemos del resto de animales, y seres vivos. Viendo este ratio y que seguimos vivos, ¿no os parece que las mejores decisiones se toman de forma no consciente? A mí me parece una evidencia aplastante y cada vez lo veo más claro. Flipo.
Uno de los beneficios de vivir desde el «fluir», es que «tomar decisiones» y «pensar» es algo que queda acotado al ámbito de lo pragmático: a la ejecución o la realización de las acciones y se aleja de la teorización y la especulación.
Es importante distinguir fluir y desocuparse. Fluir significa ser, estar y sentir la vida y eso se promueve, sin duda, desde la presencia, que a su vez se ejercita con la práctica diaria de la meditación, entre otras cosas. Desde ese punto, uno sencillamente se compromete, no desde la obligación de la mente y la sociedad, sino desde lo profundo.
La mente, nuestro mejor aliado
Para aspectos prácticos, pragmáticos, lógicos y operativos, sin duda la mente es nuestro mejor aliado. Y si tenemos a la mente ocupada coordinando agenda y tomando decisiones de lo pragmático, no se meterá en bucles de pensamiento , ni nos meterán líos de los suyos, que solo existen en su mundo.
Muchas veces, la mejor decisión que podemos tomar es posponer la decisión, o sea: ¡no tomarla!
Y como dice mi querido AJLarruy «Las decisiones no se toman, vienen dadas»
Dicho esto, hoy comparto una metodología para tomar decisiones «mundanas»de forma más ágil. Mira,
- Limita las opciones
- Identificar la decisión a tomar
- Recopilar información
- Identificar opciones
- Separa con una línea las buenas y malas opciones
- Desarrollar posibles soluciones
- Descartar
- Plan de Ejecución y acción
- Revisión.
Y, sobre todo, permite ponerte en la mejor disposición, ante una supuesta decisión:
-
- Permítete una pequeña meditación, un centramiento, para salir de cualquier emoción que pueda provocar dicha decisión. Alegría, enfado o miedo, no son buenas consejeras para una decisión.
- Escucha qué te dice tu tripa, en ingles lo llaman «gut feeling«
- Confía en la vida, ella sabe cuál es la mejor decisión en todo momento.
- Y recuerda que la indecisión mata, la pasividad bloquea.
Gracias por pasarte por aquí. 😉