
05 Oct Once upon a time, la presión y el paso del tiempo…
Mi apreciada Gisele nos cuenta en sus redes la diferencia entre Diamante y Brillante:
La materia prima es el Diamante, carbono puro cristalizado. Cuando el Diamante se talla en forma redonda con 58 facetas se convierte en un Diamante Talla Brillante. Así, Diamante es la materia, Brillante es el corte.
Pues resulta que la palabra diamante viene del griego, «adamas» y significa inalterable, invencible. ¡Precioso! ¿no?
Once upon a time, en un lugar lejaano, oscuro y sin vida, hace muchos, muchos años, cuando no existia la luz ni las hadas, y cuando las flores dormian mas que los osos, unos pedazos de piedra negra emprendieron el viaje de su vida. Eso sucedía a unos 200 kilometros hacia el centro de la tierra, hace 2,5 millones de años. ¡Esto es mucho tiempo, amigos! Segun la gente de ciencia, que saben mucho de estas cosas, el carbono que forma los diamantes, viene de derretir las rocas preexistentes en la capa del manto superior de la Tierra. Cuentan los pequeños duendes que habitan silenciosamente nuestro planeta, que hay abundancia de átomos de carbono en esta capa. Frio y calor. Mucho frio y mucho calor. Y asi es el clima por Blue Ground, el lugar donde viven los diamantes. Pues resulta que tantos cambios de temperatura en el manto superior fuerzan los átomos de carbono a ir a más profundidad donde se derriten y finalmente se convierten en roca nueva. Si la magia de la belleza hace de la suyas, conseguirá que Doña Pressing asista al baile de los diamantes con sus mejores galas. Solo entonces los pequeños átomos de carbono bailaran enlazados formando la estructura de los cristales de diamante. Pero las cosas no son siempre tan sencillas. No siempre sale bien a la primera ¿verdad? Los duendes de la magia de la belleza son muy caprichosos y no garantizan que cualquier átomo de carbono se convierta en diamantes. Si aumenta la temperatura o la presión baja entonces los cristales de diamante pueden derretirse parcialmente o disolverse totalmente. Solo los más afortunados llegan a formarse en este metafórico viaje que es la vida. Y despues de millares de años viajando, una mañana se siente la luz de Wherever cerca de la superficie.
Por ello, observar un diamante, sea cual sea su tamaño, sea cual sea su significado, debería ser un ritual sagrado. Respetando lo vivido, la presion, el paso del tiempo, las grietas, la tempertura y el agotador viaje en solitario casi eterno. Por eso, cuando lucimos un diamante tallado por un hombre o una mujer, me ayuda a entender algo en lo que meditar:
Lo importante no es «la cosa», sino lo que somos capaces de hacer con ella… ¿o quizá por ella…?
Gracias ??