
16 May Y volver a escucharla…»Si un día alguien pregunta por mí, di que viví para amarte»
El glitter, la sofisticación de la purpurina y todo tipo de shinny brillan por su ausencia en el aura de Sal Sobral. Y llenar el escenario azul sin más recursos que la voz y las tímidas intenciones de una canción que deja, como mínimo, sin palabras.
La vuelvo a escuchar y cada vez siento más matices. Me emociona su sensibilidad. Me admiran su humildad. Me alegra su sencillez. Una profunda y sincera canción de amor…
Sí, también hablo de él. Un hombre joven, bello y amable. Con ropa sencilla y movimientos casi convulsos que me hipnotizaron al día siguiente del festival.
«Soy el vehículo emocional de la canción. No solo la voz o la música comunican»
Con formación en psicología y música en el Taller de Música de Barcelona, también en Estados Unidos, Salvador es la sorpresa que pocos esperábamos, una auténtica sorpresa. Confiesa que se siente muy cómodo cantando en español y
«quizá en otra vida fui español…»
Como él, yo tampoco suelo ver Eurovision, pero al encontrar la bandera de Portugal y las críticas en redes sociales, sentí gran simpatía y enormes ganas de escucharla…
Por alguna extraña razón, llamémoslo causalidades o «Diosalidades«, esta vez ha triunfado la delicadeza.
Quizá es un chance, un paso hacia algún lugar donde la sensibilidad y la amabilidad habitan… y como menciona @Barbaragoenaga -paracaidista profesional- en su instagram
¡Aún hay esperanza!
Bueno, os dejo con el chance… de escuchar la letra, para empezar. Gracias