
02 May Necesito otra pinza nueva: Forget
Necesito otra pinza nueva: Forget
Tengo dos pinzas en las que ya no cabe nada: Remember y Forget.
Forget… me… forget than silly words, forget your fear… Forget the most important meeting today… forget that f*** song that sound into my brain day and night. Forget to remember everything… what’s up if you don’t remember everything? n o t h i n g .
¿Se puede decidir qué recordar y qué olvidar…? Quizá no de forma consciente, pero algún extraño sistema de protección cerebral nos hace olvidar los malos tiempos, sin olvidar el aprendizaje. O así debería ser, ¿no? La buena noticia es que somos puros supervivientes. Sobrevivir, es lo que mejor se nos da, ¡incluso a nosotros mismos!
Y parece que la vida se te va llenado de tragos con sabor amargo, que nos empeñamos en recordar, pero también se llena de nuevos momentos dulces, que a veces parecen no ser suficiente… Y resulta que todo esto va de aprender, t o d o e l r a t o . Aprender qué olvidar, qué dejar ir, qué recordar y qué nos debe acompañar; aprender a seguir, sin olvidar pero sin mirar atrás. Y aprender que el dulce es dulce porque aquel día probamos lo más amargo.
Algunos días queremos exprimir los instantes hasta la última gota. Otros, en cambio, desearíamos escondernos debajo de las sábanas y dejar pasar cada segundo como un martillazo… Cuando lo maravilloso de todo esto es, precisamente, la elegante convivencia de esos matices.
Y como dice el protagonista de Tokio ya no nos quiere, de mi querido Ray Loriga
¡Dios no nos quiere ahí arriba!
Vivamos, pues, aquí y ahora. Y después… ¡ya convenceremos al Jefe! Y no dejemos que nos atrape ese día en que la vida se trata solo de dejar pasar los días!
Olvidar lo que no te hace el camino más ligero. Esa me parece una buena idea, sí!
Porque cada vez que me pongo a ordenar palabras, hablo de todo lo que no sé, y no era consciente de ello: Gracias! <3