19 May Por poco… pero en realidad no se da, no existe
Así empieza la definición de la palabra en cuestión: Poco poco, aproximadamente, con corta diferencia, por poco… Indica que no se da, ocurre o existe completamente la acción, estado, etc., expresada por la palabra a la cual acompaña, aunque falta poco para ello.
Y para romper el hielo, te cuento un chiste:
Un amigo le dice a otro, «esta semana casi follo todos los días» a lo que el otro responde sorprendido «¡Caramba! ¿y eso?» y el primero aclara «Casi follo el lunes, casi follo el martes, casi follo el miércoles… el sábado… el domingo…»
Así es ella, hablamos de la palabra Casi. Caprichosa, punzante, cáustica y peligrosa. Es esa única nube que te roba el sol… ese vaso de agua fría inesperado. Una pequeña luz roja en un firmamento de luces blancas… Esa leve mancha, apenas imperceptible, que rompe la impoluta camisa blanca. Quizá estás pensando que exagero. Bien, es probable, pero mira este ejemplo:
Soy casi feliz.
Casi… ahí puede alojarse la insatisfacción, incapacidad, la crítica y la negatividad. En esas cuatro letras ordenadas de forma casi inofensiva caben miedos, reproches, inseguridades y todo tipo de terrores nocturnos, pero que pueden cambiar tu realidad: pasas de tener dulces sueños a afirmar «casi no he dormido». Nuestro poderoso y maquiavélico cerebro está programado para prestar atención y retener los matices negativos de nuestra experiencia. Es un dato. Y eso puede impedir, precisamente, que tú seas feliz. Sin pero. Sin casi.
La buena noticia es que, como casi todo, también podemos cambiar eso. ¿Los ingredientes? Actitud y confianza. Así que, amigos, la palabra casi también puede abrazar una zona de prudencia, un área de mejora y esperanza, una evolución consciente, incluso una conciencia de dimensión real, evitando la hipérbole que se acerca rozando la falsedad. Además hoy es casi fin de semana y con tanta fuerza que el jueves, casi se llama #juernes!
Y, en silencio, con la mirada buscando ese rincón más alejado del cielo, pensó «¡Te quiero casi hasta el infinito… y volver»