«¿Con quién hablas?» Me hablo a mí…

No lo sabía, tampoco me hacía falta, ¡en realidad no lo había cuestionado! Resulta que la gente que sabe de esto de la salud mental y tal, aseguran que hablar solo, mejor dicho, hablarse a uno mismo, debería ser una praxis habitual (fuente).

Interesante, dicen cosas como que es motivador, refuerza las capacidades del individuo, es muy útil para reflexionar, ayuda a establecer y afianzar objetivos a corto y medio plazo; resulta que también es un magnífico ejercicio para la memoria -de hecho, repetir lo que hay anotado en la pizarra de la cocina, ayuda a recordarlo cuando vas al súper- incluso algunos expertos afirman que hablarse a si mismo puede incrementar la inteligencia ya que favorece el desarrollo de conexiones neuronales.

A veces mi hija me pregunta «¿Mami, con quien hablas?«, no siempre tengo una respuesta polite, a veces hablo a mi Mac, le pido respetuosamente que no se cuelgue… otras veces hablo a mi Hogar, le digo «hola» al entrar y «hasta luego» al salir… en ocasiones hablo a mi interior, convencida que me ayuda a poner en perspectiva las dificultades, me organizo los pensamientos en voz suave -para muchos inaudible-. Flashback: En el colegio, me sentaba al lado de una niña, que se dictaba toooodos los exámenes, eso también fue de ayuda, la verdad!

La cuestión es que eso de hablarse a uno mismo en voz alta puede resultar de gran ayuda para tomar decisiones. Incluso la más difícil: posponer una decisión y seguir en paz.

Bueno, verbalizar el estrés en forma de improperios malsonantes, ¿no me negaréis que es liberador? -sí, sí, conduciendo por ejemplo…-. Y esos pensamientos irracionales, surrealistas, entre lo onírico y la fantasía… verbalizarlos es un ejercicio de creatividad de lo más enriquecedor, ¿te animas a probarlo?

Y tú ¿qué te cuentas? 

 

Aclaración: hablarse a si mismo, de forma saludable, cuando estás haciendo algo, reflexionando, intentando resolver un problema, trabajando en ordenar y estructurar un proyecto… Otros momentos, como hablarse a si mismo por la calle, o incluso gritarse, hablarse en situaciones raras o imaginarias, maltratarse con comentarios negativos hacia uno mismo, eso es otra cuestión, otra dimensión y podría ser síntoma de algún trastorno, que no es el tema que ocupa este post. Muchas gracias.