¿Aquí ya nadie silba…?

Hoy he ido a otro supermercado. Uno que no había ido antes y he encontrado unos caramelos llamados PitaGol, un silbato de caramelo que me ha llevado de un plumazo a uno de esos “momento cine” de mi vida…

¿Sabés que extrañaba yo de Buenos Aires? Los silbidos. La gente que anda silbando por la calle. Aquí nadie silba por la calle. Tardé en darme cuenta, tardé unos cuantos meses en darme cuenta. Casi me vuelvo, me entraron ganas de volver, pero pasó… Era  del todo absurdo, no podés volver a un lugar porque querés oír silbar a la gente…

¿Se puede añorar un lugar porque la gente silba por la calle? Al gran Federico Luppi le sucede en la película Martin Hache. Y a mí. Solo sucede cuando escucho alguien silbar, y me doy cuenta que ya nadie silba. Mi madre silbaba con dos dedos doblando su lengua de forma inimitable. Yo nunca aprendí. Aquí ya nadie silba, y si no lo crees, fíjate… cuando salgas a dar un paseo por la ciudad, sea cual sea…. y si alguien silba, aventúrate y dile de mi parte “gracias por silbar”!

Recuerdo dibujos como Mickey Mouse, silbando y Gooffy paseando distraído por su primer amor… o el viejo Felix el Gato, disimulando tras una trastada… Y el cine, el viejo cine también nos ofrece momentos silbados que recordar! El Puente sobre el río Kwai, El Bueno el feo y el malo.. y claro, no podía faltar ese momentazo en que Lauren Bacall pregunta a Humphrey Bogart justo después de un beso “Sabes silbar, no, Steve? Simplemente juntas los labios, y soplas…” Entonces, cuando Bacall se ha ido, Bogart silba, y ríe. Tarantino me mola, fiel a sus rituales y también tiene un gran momento silbando, Daryl Hannah cuando aparece en Kill Bill, lo recuerdas?

Me contaron que, al ingresar en la facultad de psicología, una de las preguntas es ¿silbas? ¿Qué querrá decir, desde el punto de vista de un psicólogo? Que eres una persona alegre y de actitud feliz? tal vez algo despreocupada? que sabes relajarte y disfrutar de un paseo por la ciudad? que estás a gusto contigo mismo?

¿Puede ser que las personas que silban, tienen el alma tranquila? Bueno, quizá todo eso y mucho más. Pero yo me pregunto ¿será por eso, que ya nadie silba…?  (*)

(*) Los silbidos al árbitro de fútbol, no… no me refiero a esos.